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5 ago 2016

Un Hombre nuevo hecho de fuego

La energía vital se desparrama a lo largo de los pensamientos incesantes y descontrolados, así como por medio de las emociones y acciones en que éstos derivan. Mediante la técnica de shikantaza (simplemente sentarse) del Soto Zen, creamos las condiciones de inmovilidad necesaria, tanto física como mental, para evitar la fuga descontrolada, en todas direcciones, de esta energía vital y, así, poder focalizarla en la “atención” y filtrarla a través de ésta.

Es por ello, que la energía psicofísica o energía vital puede brotar o bien descontroladamente (o inconscientemente) a través de los pensamientos-sentimientos-acciones descontrolados, o bien puede hacerlo controladamente (o conscientemente) a través del recogimiento de esta energía psicofísica en la “atención”.

Dominar este procedimiento no es tarea fácil. Fortalecer el “músculo de la atención” lo suficiente como para que éste atrape toda esta energía vital que nos mueve y la haga, a su vez, pasar a través de su propio filtro es una empresa sencilla en cuanto a conceptualización, pero tremendamente difícil en cuanto al dominio real de su ejecución.

Aquél que se mantenga firme en este propósito arderá en las llamas de la atención y, como en el mito del Ave Fénix, resurgirá de sus cenizas un Hombre nuevo hecho de fuego.